Como ya se informó desde Ambientum, en mayo del año pasado la EFSA publicó una actualización del documento de evaluación de riesgos sobre la seguridad del aditivo alimentario dióxido de titanio (E 171). En este informe, se concluyó que el aditivo no podía continuar considerándose seguro para su uso en alimentos debido a que no se descartaba su genotoxicidad.

 

¿Qué ha ocurrido finalmente con el aditivo alimentario dióxido de titanio?

 

A inicios de este año 2022, se ha publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea el Reglamento (UE) 2022/63de la Comisión de 14 de enero de 2022 por el que se modifican los anexos II y III del Reglamento (CE) nº 1333/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo en lo que respecta al aditivo alimentario dióxido de titanio (E 171). Este nuevo reglamento hace oficial la prohibición del uso del compuesto en alimentos, siendo de obligado cumplimiento y directamente aplicable para cada Estado miembro.

 

Según recoge el texto, los alimentos que lleven entre sus ingredientes el dióxido de titanio podrán seguir comercializándose hasta el 7 de agosto de 2022, después de esa fecha, podrán permanecer en el mercado hasta su fecha de duración mínima o de caducidad. A partir de ese momento, solo estará permitido su uso exclusivo como colorante en medicamentos.

 

Chewing Gum

 

¿Para qué se utiliza en la industria el aditivo alimentario dióxido de titanio?

 

Un aditivo alimentario es una sustancia que se añade a los alimentos para mantener o mejorar su inocuidad, su frescura, su sabor, su textura o aspecto. En el caso del dióxido de titanio (E 171), se trata de una sustancia mineral empleada como colorante alimentario principalmente en confitería, panadería y salsas para dar color blanco a los productos. Este tipo de sustancias se encuentran totalmente reguladas en la Unión Europea.

 

 

Es fundamental para las empresas de la industria alimentaria que fabriquen y/o pongan productos en el mercado de la de la Unión Europea, conocer y cumplir con la legislación alimentaria aplicable,  de modo que sean capaces de garantizar la seguridad e inocuidad de sus productos.

 

Fuente: Nataly Fanizzi/ Técnico de Calidad y Seguridad Alimentaria de Ambientum