Forma parte de una segunda fase de la operación Pinza Roja, llevada a cabo el pasado julio por la Guardia Civil al tener nuevos indicios sobre prácticas comerciales irregulares.
En la empresa distribuidora ubicada en el puerto de A Coruña se inmovilizaron 863 cajas de cigala y 746 lotes en la empresa congeladora, en la que además se encontraron cantidades de sulfitos muy superiores a las necesarias para la conservación del producto.
Los lotes no se encontraban acompañados de los documentos de trazabilidad ni de la garantía sanitaria, suponiendo el incumplimiento de las obligaciones legales recogidas en Reglamento (CE) n° 853/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, por el que se establecen normas específicas de higiene de los alimentos de origen animal, para garantizar su inocuidad.
Los procedimientos de trazabilidad y la información contenida en el etiquetado suministrada por las empresas, permiten mantener informados a los consumidores y detectar errores a lo largo de la cadena.